jueves, 1 de mayo de 2014

Ofrece Ana Martínez su oscuro sentir literario

Nota publicada en el periódico morelense El Caudillo de Morelos el 30 de abril de 2014:

Ofrece Ana Martínez su oscuro sentir literario
La joven narradora presentó su plaquette Flores inmundas
Manolo Castillo Hoyos

El pasado jueves 24 de abril, Ana Martínez Casas presentó su libro Flores inmundas. El evento se llevó acabo a las 19:30 horas en el restaurante L'Arrosoir d'Arthur, ubicado en Juan Ruiz de Alarcón número 13, en pleno corazón del Centro Histórico de Cuernavaca.
Flores inmundas es una plaquette escrita por Ana Martínez Casas e ilustrada por Eduardo Casillas, que terminó de ser impresa en febrero del 2014 en la capital de Morelos. Es editada por Lengua de Diablo y tiene un tiraje de 300 ejemplares, que albergan ocho cuentos cortos titulados "La Reina de Corazones", "El gran guiñol", "Triana", "El nacimiento oscuro de Nancy", "Erotic Pet Shop", "Sueño de una noche de otoño", "Efímero" y "El proyectil S-13".
Martínez Casas estudió Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, forma parte del colectivo La Piedra y fue elegida dos veces para la participación en el Curso de creación literaria para jóvenes organizada por la Fundación para las Letras Mexicanas. Su talento con las letras la ha llevado a publicar en revistas y antologías impresas y digitales. También fue acreedora en el 2011 por el PECDA Morelos por su libro de cuentos El órgano de Destrudo y ganó el segundo lugar de cuento del concurso nacional Punto de partida de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Toda su trayectoria, talento y esfuerzo la llevó una vez más a un nuevo evento que dio inicio con una tarde lluviosa y gris que pintaba la atmósfera perfecta para la primera opinión y descripción interpretativa de Miguel Antonio Lupián Soto, director y escritor de la revista Penumbria. Revista fantástica para leer en el ocaso, quien afirmó que  desde la primera vez que comenzó a leer el libro, se sintió interesado y sorprendido ante la nitidez y horror de los relatos, pero ante todo por las diferentes vetas terroríficas que las letras de Ana Martínez componen en palabras, que logran transmitir sentimientos y emociones a cualquiera que se atreva a leer sus cuentos.
A continuación, Iliana Vargas, escritora y autora de Joni Munn y otras alteraciones del psicosoma (publicado por Tierra Adentro en 2012 y en cuya presentación conoció a la escritora Martínez Casas), narró su experiencia personal al adentrase en las oscuras páginas de la plaquette y comentó sobre los escritores y tendencias que ella consideró encontrar a lo largo de las páginas del libro.
Posteriormente, el escritor y director de Lengua de Diablo, Efraím Blanco, opinó sobre la audacia y coraje de Ana al aventurase a escribir y romper con los protocolos y paradigmas de la narrativa terrorífica, quien reconoció la crudeza y horror de las Flores inmundas, pero también la puntualidad y exactitud de las palabras para transmitir al lector y guiarlo por el mar de sentimientos turbulentos que la escritora bien logra comunicar.





Flores inmundas navega entre palabras oscuras que transmiten al lector una sensación de extrañeza, con un sabor macabro y grotesco por su verosimilitud, debido a lo fácil que uno puede perderse entre la ficción y lo real, entre los diálogos impresos y los reales. Te sumerge en pensamientos oscuros que todos alguna vez llegamos a sentir y también todos quisimos olvidar.
La descripción de los personajes y escenarios se convierten en pesadillas reales que hacen sentir que los personajes nacen de personas reales y situaciones comunes, logrando una exploración literaria que en momentos te desprende de lo real y te transporta a un mundo lleno de sensaciones incómodas y eróticas que desatan una sensualidad oscura, que te hace preguntarte de dónde y por qué nace.
El libro cuenta con un realismo mágico que propone o revive ideas y estructuras que casi ya nadie se atreve a construir en estos tiempo, combinadas con ilustraciones surrealistas, oscuras y precisas que poco gente se arriesga a leer y aún menos gente se arriesga a escribir. La crudeza y cotidianidad de los diálogos, las ilustraciones, las situaciones, el equilibrio entre texto e imagen hacen que Flores inmundas sea un libro poco comprendido, que sea fácilmente confundido y tachado de grotesco por transmitir, revivir o encontrar los demonios que cada uno de los que se atreven a leer pueda encontrar dentro de dichas páginas, por hacer caer y creer al lector en una irrealidad de emociones oscuras que quizás todo ser humano lleva dentro.
Esta obra quizás sea una obra literaria que pese a su oscuridad trata de sensibiliza al lector ante la belleza y el dolor, ante la sorpresa y lo esperado, situándolo en un jardín macabro de palabras y haciéndole sentir como una flor, una flor temerosa, una flor delicada con espinas, asimétrica, cansada de ser observada pero no vista, esperando poder transmitir al lector la sensación de que todos somos y llevamos una flor inmunda dentro que no sabemos esconder, pero tampoco sabemos enseñar. 
El evento daba por finalizado mientras la oscuridad de la noche caía implacablemente, pero no sin antes de que Ana Martínez Casas tomara el micrófono para contar algunas relatos y alumbrar con su carisma las experiencias chuscas y personales de cómo fue que surgieron o nacieron sus cuentos, que hicieron reír y en otras arrancaron sorpresa y asombro en el público. Agradeció profundamente a todos sus amigos, familiares, compañeros de trabajo, editores, escritores, nuevos y viejos lectores de la misma, y a un despistado pero curioso reportero que se encontraba entre el público, dando paso a la noche, a una noche única, irrepetible y oscura que brillaba ante el nuevo peldaño alcanzado por la joven escritora Casas.

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